Virginie Despentes es considerada una de las más importantes referentes del nuevo feminismo internacional. La artista francesa recorre distintas formas expresivas y tomó su máxima dimensión internacional con su libro “Teoría King Kong” (2006), devenido luego en obra de teatro, seguida de su trilogía “Vernon Subutex”, manifiesto clave para la teoría de géneros más combativa. Hasta entonces, ya había trabajado en un supermercado y una tienda de discos, y había sido prostituta, punk rocker, alcohólica y mucho más.

Su debut literario fue con la novela “Fóllame” en 1999, después de haber sido víctima de una violación. De ella surgió la película homónima de 2000 que codirigió con Coralie Trinh Thi, interpretada por Karen Bach, Raffaëlla Anderson y Delphine MacCarty. Es la historia de una joven de un barrio marginal que es atacada sexualmente y, durante una discusión, mata a su propio hermano. Su destino se cruza con el de otra mujer, también marcada por un violento destino: es una prostituta que ha matado a su compañera de piso. Las dos chicas se encuentran por azar en su huida, deciden aliarse y matan sin piedad a todos los hombres que se cruzan en su camino, luego de tener sexo con ellos. Una suerte de “Thelma y Louise” en su versión más dura, cruda y brutal, al punto que no se exhibió en varios países, incluyendo la misma Francia de origen.

El filme se proyectará hoy en el ciclo de Cine Prohibido que se desarrolla en la Sociedad Francesa de Tucumán (San Juan 751), con entrada libre y gratuita desde las 21.30 y bar abierto a partir de las 20 como punto de encuentro y debate. La propuesta temática ha generado una expectativa y una afluencia especial.

FRONTERAS. En “Matar a la bestia”, Emilia busca su propia identidad.

La presentación está a cargo de Martín Falci, quien resalta que “armar la programación de cada mes implica una investigación del cine que queremos mostrar; en este caso, del que había sido negado su exhibición o que había generado mucha negación”. “Nos alejamos de aquellas películas que la gente recuerda que habían sido prohibidas para avanzar sobre algunas que no son conocidas o que no se vieron masivamente”, explica.

“Para el público, hay algo en lo prohibido que genera interés y atrae al no haber un consumo a la luz del día de estos productos, es meterse en zonas donde la moral está en jaque. Implica negar algo, ponerle un halo de lo que no se puede o no se debe, pero siempre se encuentran caminos para acceder a ese material con gente que lo saca a la luz para que otros lo consuman”, sostiene.

Lo censurado dependió de las épocas y de las sociedades, aclara. “El concepto fue cambiando durante la historia del cine, desde ese beso que fue prohibido en un corto a fines del 1800. Pero actualmente en 14 países se censuró a ‘Lightyear’ por otro beso entre dos personajes mujeres. Evolucionó, pero reflota constantemente. Todavía, en esta sociedad tradicionalista y pacata, cuesta superarlo por completo. Hay una paradoja, una cuestión moralista que subsiste. La autocensura sobre ciertos temas depende de cada uno, de cada proyecto; tiene que ver con el estado de advertencia que sienten los creativos o los artistas cuando quieren abordar temas que saben que van a crispar a un sector de la sociedad. El arte más transgresor bordea esos límites y las producciones que proyectamos en el ciclo, en su gran mayoría, abordan esa transgresión para presentar otras formas de ver ciertos temas”, reconoce.

DESDE COREA. “Memoria de un asesino”, un thriller con contenido.

Falci reivindica la libertad dada por las autoridades de la Sociedad Francesa para permitir el despliegue de las agendas que se plantean mes por mes desde principios de año: “celebro mucho que se albergue esta clase de programas, en una suerte de espacio contracultural abierto que hacía falta en la provincia, con una decisión valiente y generosa”.

Otras propuestas

Dentro de las opciones de cine no comercial para hoy, se presentan títulos de Corea del Sur y de la Argentina en sendas salas.

A las 18, en el Espacio Incaa de la sala Orestes Caviglia (San Martín 251) se proyectará el drama “Matar a la bestia”, en el que la directora argentina Agustina San Martín debuta en pantalla con la historia de Emilia, una adolescente huérfana de 17 años que llega al albergue de su tía Inés en la frontera entre nuestro país y Brasil, en busca de su hermano perdido hace tiempo.

En esa exuberante jungla, donde abundan los mitos y leyendas locales, se afirma que habita una peligrosa bestia que se cree que es el espíritu de un hombre malvado que toma la forma de diferentes animales. En un viaje en pleno despertar sexual y de búsqueda de su identidad, Emilia tendrá que enfrentarse a su pasado para afrontar el peligro latente y en un tránsito hacia la adultez, donde los elementos fantásticos y terroríficos se entremezclan con los cotidianos de una sociedad en los límites.

En tanto, en el ciclo “Nuevo cine coreano” que organiza La Linterna Mágica en la Cineteca, a las 20.30 se proyectará “Memoria de un asesino” con entrada libre y gratuita en El Círculo de la Prensa (Mendoza 240). Se trata de un filme estrenado en 2003 con la dirección de Bong Joon-ho, que comienza cuando una joven aparece brutalmente violada y asesinada en un barrio bajo suburbano. Dos meses después, se producen una serie de violaciones y asesinatos en circunstancias similares.

Para buscar al criminal, se organiza un destacamento especial, encabezado por un detective de la Policía local (Park Doo-man) y un detective de la Policía de Seúl (Seo Tae-yoon), que ha solicitado ser asignado al caso por motivaciones personales. La película excede la definición tradicional de un thriller para adentrarse en la profundidad de personajes torturados y en conflicto, con un guión basado en una obra teatral de Kim Kwang-lim, que deambula entre distintas situaciones que impiden prever la resolución.